
A principio de los años ochenta, Mariano Cabellos se inicia en el tratamiento del volumen. Trabaja en la Facultad de Belles Arts desde el barro a la piedra, pasando por el hierro. Alguna de sus esculturas en acero pueden verse en centros públicos. En la actualidad sigue trabajando en hierro, que combina con otros elementos.
En 2010, fruto de la colaboración con el pastelero Claudi Uñó, Mariano Cabellos crea el popular turrón de autor a partir de una escultura suya. El material elegido para la obra es el alabastro, que ha dado origen a una serie de esculturas con el tema de instrumentos musicales.
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